A las puertas del invierno, en el crepúsculo de sus vidas, afrontaron el asedio de la enfermedad parapetándose tras las frágiles notas de un bolero.
Tres estrellas en la bóveda celeste fueron testigos y garantes de su promesa de no separarse nunca, pero el tiempo pondría a prueba esa promesa.
Su amor quedó truncado por un suceso irreparable que los separó para siempre doce meses atrás. Jamás volverían a estar juntos. Sin embargo…
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