Tras treinta y cinco años de viaje, ahora sentía el vértigo de ver finalizada su travesía.
Se sentía solo en medio de la multitud, y en su soledad, visitaba los paisajes de sus recuerdos reales e imaginarios.
Tengo tres ángeles ahí arriba. En las alturas los tengo. Muy cerquita de la constelación de Casiopea están, sonriéndome.
© 2025 El Peregrino de Casiopea — Funciona gracias a WordPress
Tema realizado por Anders Noren — Ir arriba ↑